Reyes Marfil, siempre ha considerado el arte parte esencial de su vida, sin embargo no fue hasta ya de más adulta que se permitió experimentarlo como algo más que un pasatiempo.

Hace más de 10 años que vive en el barrio de Santa Catalina, en Palma, en un piso modernista que ha resultado ser de gran inspiración para su obra, luminoso, espacioso y con gran armonía, no es raro que su obra se vea reflejada y más curioso que guarde en él una palmera, signo que Reyes, ya ha convertido en sello de su arte.

¿Cómo llegas a la pintura? ¿Cuáles dirías que son tus inicios?

Tengo que destacar una cosa: siempre he sido muy buena trabajando con las manos. Me acuerdo en el cole, mi destreza con el dibujo, creando montajes, pendientes, collares, e incluso decorando mi habitación con mis propias creaciones. Este contacto con lo manual y artesano ha sido una constante en mi vida. Sin embargo, fue en 2013 cuando todo cambió. A raíz de un despido de un curro, me acuerdo que estaba trabajando en Ibiza, la empresa quebró, y de pronto, me permito parar, solicité el paro por primera vez y me pregunté a mi misma, ¿qué quiero hacer realmente con mi tiempo? Entonces, ahí me puse a dibujar, decidí explorar mi pasión por el dibujo. Comencé a retratarme a mí misma, me hacía fotos y me dibujaba y así se inició mi viaje artístico en plan serio. Este periodo de autoexploración marcó un punto de inflexión en mi vida.

Qué liberador… ¿Fue como un momento de conectar contigo, no?

Totalmente, fue un momento de experimentación, probé la tinta china, acuarela, lo tocaba todo, era un momento de experimentarme a mí misma, con todas las herramientas posibles. Me decía a mi misma “oye Reyes, no lo has hecho hasta ahora” “pues ahora ponte las pilas” fue como algo de dentro que tenía la necesidad de salir. Dibujé muchísimo, dibujaba cosas cotidianas de mi casa, alomejor, tendía la ropa y dibujaba el tendedero con las bragas, me hacía fotos en el baño, me iba a la biblioteca y buscaba libros del cuerpo humano, fue como algo muy potente. Y luego de eso, justo salió una convocatoria de artistas urbanos, y me presenté y me cogieron. Entonces allí dije “Waw”… No me consideraba artista ni nada, pero a raíz de la selección.. me cambió algo. Noté un subidón muy potente, me dije “hostia, lo que hago gusta a los otros, ¡voy a seguir!”.

¿Y de qué era esta convocatoria?

Eran unas ediciones muy chulas hace muchos años “Big Bang”, nos juntábamos un montón de artistas en en sitios públicos y se hacían jornadas abiertas y la gente venía y tal, e incluso vendí algunos dibujos y todo. Esa primera vez.. imagínate, te seleccionan y encima vendes obra, a 4 duros, ¡pero lo vendías! Fue muy potente.

Ese momento marcó un punto de inflexión muy significativo para mí. Dije: "¿Y si sigo por esta línea?"

¿Porque antes qué hacías?

Pues trabajaba de comercial para una constructora, imagínate. No he estudiado nada relacionado con el arte. Si ahora pudiera elegir, sin duda sería esa rama. En aquél entonces, estaba muy perdida y dispersa, y no contaba con  ese apoyo familiar.

¿Qué opinaba tu familia?

Mi familia no tenía ese concepto de “haz lo que te gusta”, iba más por la línea de “trabaja y ahorra”. Mis padres vinieron de Extremadura, de Badajoz a trabajar en hostelería a tope. Y yo me crié en Son Servera, y luego con los años vine a Palma, buscaba algo más, aquí he conocido muchos artistas. Crecí con esa concepción de “trabajar, para ganar dinero”, no había espacio para algo artístico, no lo consideraban algo serio, quiero decir, que ni me lo plantee.

¿Cómo describirías tu arte? ¿Crees que está relacionado con la expresión artística, una necesidad interior, o es más bien una búsqueda de la belleza en sí misma?

Pues han sido etapas, como todo. Yo empecé con grafito, blanco y negro, luego tinta china, bolígrafo,  lápiz, acuarela. El uso del color… No me lo he preguntado, simplemente es algo que me lleva ahí. Para mí el color es un lenguaje, mi manera de comunicarme, es transmitir alegría, tranquilidad y paz al mismo tiempo. ¿Hay una fusión de alegría y tranquilidad, no? de hacerlo fácil. También creo que se me da muy bien combinar los colores, o al menos la gente me lo ha dicho bastante. Embellecer, hacer algo para embellecer un lugar. Hay artes que son más reivindicativas, o de expresión, el mío es más desde la belleza, desde embellecer un lugar. Ese es mi motor.

Para mí la belleza es un principio vital, necesito tenerla constantemente para sentirme bien, alegre, tranquila. Siempre que me he mudado de casa, construyo un hogar, lo hago bonito.

¿Recuerdo que organizabas unos eventos artísticos? ¿En qué consistía?

¿La colectiva vermut? Eso fue genial, duró casi dos años. Era una edición que se hacía cada dos meses, una exposición colectiva en un restaurante que se llamaba Claxon, que ya no existe. Era precioso. Tuvo muy buena acogida, los eventos se llenaban. Presentábamos un vermut, el restaurante ponía una picada, y a la vez exponíamos obra, hacíamos también un sorteo y venía un artista invitado a cantar. Con pocos recursos, salía algo precioso, la verdad nos lo curramos un montón. 

¿Y dónde salió esa iniciativa?

La tuve yo con Gloria Regal, una ilustradora de Barcelona que la conocí en los encuentros artísticos que te he comentado antes. Ahora que lo pienso, yo creo que también fue una excusa para mí, para también yo exponer lo mío. Primero captaba a los artistas, consolidaba una base y luego me dedicaba a exponer lo mío. Al principio era muy tímida para exponer mi obra, ponía más atención en lo de los otros…

¿Y cómo ves el futuro, hacia dónde te gustaría dirigirte, qué vínculo tienes con tu obra ahora mismo?

Pues ahora estoy en un momento de dar a conocerme más, mi trabajo y también relacionarlo con proyectos de decoración. Eso me encantaría…. embellecer un espacio. Tengo algunos proyectos en esa línea y estoy muy contenta, porque me siento muy cómoda. Me siento con “power”. Tener en cuenta el espacio, los muebles, la atmósfera… eso me mueve muchísimo.

¿Y por qué crees que te mueve eso? ¿De dónde nace esa necesidad de embellecer un lugar?¿Crees que es un anhelo?

Pues la verdad no tengo a nadie en la familia que venga de este mundo del arte o la decoración… 

Yo necesito armonía en mis espacios, ni muy sobrecargados, ni faltos de.  Para mí es vital, para estar alegre, tranquila, relajada, necesito tener belleza constante, y para mí la belleza es color.

¿Reyes Marfil? ¿Es tu nombre real o tu nombre artístico?

Bueno, yo me tenía que llamar Rosa como mi abuela paterna, pero nací el día de los reyes, entonces mis padres lo cambiaron y me pusieron María de los Reyes, la verdad es un nombre potente, me gusta mi nombre, y Marfil es el apellido materno, y en mi cabeza suena muy bien fonéticamente, porque de padre soy Gómez. Reyes Marfil me gusta mucho como suena.

¿Tiene que ver con el poder femenino? ¿De hacer honor a la parte femenina? ¿A la madre?

Pues la verdad que no, lo hice porque me sonaba bien. De hecho la relación con mi madre nunca ha sido fácil, creo que en parte puede ser por su visión hacía el arte, podríamos decir que no se lo toma enserio.

Es curioso… porque a pesar de no contar con su apoyo al 100%, la llevas por bandera.

Pues sí. Es curioso sí. La verdad no ha sido fácil para mí, pero me lo he currado y lo he trabajado mucho, al final llegas un momento que te desvinculas de las opiniones y te empoderas, crees en ti. No es fácil, pero es parte del proceso. Supongo que no soy la única que le ha pasado algo así, hay que aprender a separar las cosas, e ir hacía donde tú quieres, hacía lo que a ti te sienta bien.

Pintar te hace sentir bien…

Sin lugar a dudas… Se me olvida todo, un estado de relajación total, un estado de ir hacía adentro. Se me olvidan los problemas de facturas, de familia, entró en un estado meditativo, chulo, de alegría y tranquilidad. Y de hecho todos los días busco ese ratito. Me nutre mucho. Diría que es mi meditación, mi yoga. Me conecta conmigo. Si hay algún día que no he dibujado siento que me falta algo. Necesito al menos 10 minutos para sentarme y hacer algunos trazos; eso me conecta profundamente conmigo misma. Es mi momento sagrado. Ese lugar.

Muchas gracias Reyes… por compartir tu visión, tu historia y ¡por ofrecernos todo ese buen rollo con tu obra.